El Refugio

El Centro Cultural El Refugio de Tlaquepaque, es la casa de la cultura de San Pedro; en ella se encontrará un museo, una escuela de arte, un área de exposiciones y un teatro. Podrá admirar el nacimiento en barro más grande del mundo en el Patio del Mango y un túnel que inicia en uno de los patios y se dirige al panteón, el cual ha sido parcialmente explorado. El Centro Cultural El Refugio (CCER) es la sede de la Dirección de Educación y Cultura.

En el Museo Pantaleón Panduro, puede admirar las más bellas creaciones hechas en barro por artesanos de toda la República.

En la Escuela de Arte puede aprender música, pintura, escultura, teatro danza, fotografía tradicional, artes literarias, vitrales, repujado, canto y otras disciplinas.

El área de exposiciones es un espacio donde con frecuencia se tiene ocasión de regocijar el alma con lo más sublime del arte.

El cineforo es el lugar ideal para disfruta de una buena obra teatral, también para deleitarse con algún film estelar o para escuchar una conferencia magistral. Tiene capacidad para 200 personas y desde sus butacas, los niños y los grandes, han disfrutado de programas televisivos en vivo.

Hablando un poco más sobre el nacimiento monumental del Patio del Mango, le podemos decir que se compone de once figuras, su tamaño es un tercio más alto que la estatura normal de una persona, de manera que se puede admirar desde lejos las figuras con gran precisión. Es una obra del artista Carlos Bustos.

Puede ver a San José y María su mujer, en un arrobamiento y éxtasis profundo. Miran el portento sin poderlos creer. Los tres reyes magos, investidos de regio majestad por supuesto, reconocen al Rey de Reyes en su estado infantil  e inclinan la cerviz, como ante nadie lo habían hecho antes. Como un nacimiento mexicano, San José es campesino y su esposa aldeana, por tanto los niños en su atuendo pastoril llevan flores de mirasoles y cempasúchil, en ofrenda. El Buey y la mula sorprendidos también, abren tamaños ojos y se regodean con amables mugidos, ante el prodigio.

Otro atractivo de ese patio es su desvencijada carreta que por sus partes anuncia, como pasó por caminos de herradura, hasta perder casi todos sus partes, anuncia, como pasó por caminos de herradura hasta perder casi todos sus maderos, y quedarle sólo el cincho de hierro de una de sus ruedas. Ahí está el Zaguaro, en una esquina del patio. Un Cactáceo de especie tan rara que se hizo acreedor a figurar en la lista de especies protegidas de la Universidad de Guadalajara. En fin, todo lo que aquí se puede ver, en el CCER, es apto para niños y adultos.

El Refugio tiene una Historia

Entrar en el terreno de la historia es delicado cuando no se tiene una historia propiamente dicha o por los menos cuando existen varias lagunas de lo que se sabe. Por lo tanto vamos a entrar a la historia de El Refugio por la puerta grande de los datos sueltos, pero que se tienen certeza, que son según los historiadores como Tito Livio, la puerta chica a la historia grande; porque resulta, que del El Refugio no hemos logrado saber exactamente cuándo se puso la primera piedra. Es preferible consignar lo poco que se sabe, pero consta, a lo mucho que se dice, pero no consta.

Se deduce por los documentos que se tiene que fue el reverendo Fray Luis Argüello el iniciador de la obra. Él llegó a San Pedro al finalizar la Guerra de Tres años y hasta 1885 se halla una nota referente a El Refugio cuando según los libros de la Parroquia (libros de gobierno), Arguello pide autorización al obispado para “Construir una capilla en el hospital y casa de ejercicios que se pretenden construir en la villa de San Pedro” . Esto sucede el 6 de Marzo de 1885, según el documento.

Lo anterior refuerza la teoría sobre lo tardío de El Refugio. El edificio se empezó a construir después de 1885 pues según este documento encontrado en la caja 193 (actualmente en otra caja) de El Archivo histórico de Arzobispado que cita don Francisco Belgodere, se tiene la petición de Argüello: “He Conseguido con una familia piadosa, hacer un hospital y una casa de ejercicios en la que se va a fabricar una capilla decente: por lo que le suplico a V.S  Ylma. Se digne dar su bendición y licencia para comenzarla a edificar”.

El primer nombre que recibe el CCER es Hospital y Casa de ejercicio El Refugio, el cual empezó a construir por la capilla, después de 1885, según se leer en esos documentos.

El 14 de Marzo del mismo año Argüello recibió con beneplácito. Le concedían el permiso: “Como lo pide el Pro. D. Luis Argüello, en su anterior oficio expídase la licencia en forma. Para la construcción de la capilla en la casa de ejercicios de que se hace mérito, comisionándose a nuestro Srio. De Cámara y gobierno, canónigo D. Jacinto López, para que de acuerdo con el Sr. Cura de San Pedro, Bendiga y Coloque la primera piedra de la capilla  de que se trata…”

No sabemos cuándo fue la bendición de esa primera piedra referida anteriormente. Los libros de la parroquia no lo dicen, y los archivos de El Refugio, tal vez estén en manos de particulares y por más averiguaciones no se han dado con ellos. Una bendición revestía cierta solemnidad, por tanto, si antes no se habla de bendecir la primera piedra del hospital, es porque la bendición de la primera piedra fue de la capilla. De esa manera dieron comienzo los trabajos en 1885.

El 16 de Marzo de 1893, el reverendo Don Luis, pide autorización al obispado para bendecir la capilla de la casa de ejercicios  “porque ya tiene todo lo necesario para oficiar”. El 22, el obispo Pedro Loza autoriza al Padre Argüello la petición. Un lunes de pascua fue la bendición, ocho años después de iniciada su construcción. Se hizo misa solemne  y procesión con el santísimo e imágenes del culto en esa capilla.

Antes de la bendición llega como primer capellán el padre Luis Rubio “quien queda bajo las órdenes del cura de San Pedro y respecto a sus honorarios yo le advierto que se entienda de ellos con el padre Argüello...”.

El oficio de adscripción había sido dado a Luis Rubio el día 3, Como capellán del hospital y ministro supernumerario.

A Luis Rubio no le gustó el nuevo destino y con El Refugio observo una mala conducta; no acataba ordenes, hacia otras cosas “en un hospital tan pobre de enfermos, resístese con acrimonia y altanería a cumplir con su ministerio” El 1 de Noviembre de 1894, .Argüello pidió a otro Capellán.

El Refugio se vistió de luto el 29 de septiembre de 1900, dejó de existir su fundador Fray Luis Argüello: “El R.P Fray Luis Argüello pasó a mejor vida en San Pedro Tlaquepaque, el día 29 habiendo prestado valiosos servicios por espacio de 40 años en el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad en aquel pueblo y de cual templo fue capellán y fundador”.

Después de Luis Rubio se encarga de la Capilla del Refugio el padre Bruno Vázquez en 1901. En 1904 Bruno Díaz. En 1908 Pablo Flores. Los aciagos años de la Revolución y Cristiana, redujeron la capilla  a servicios interno del propio hospital y casa de ejercicios.

El CCER, cada vez se acerca más a su fecha de su fundación al considerar que  “prestó sus servicios  (la comunidad religiosa josefina) desde sus inicios hasta 1935, es decir, cincuenta años bajo la administración, cuidados, atención y servicios de las madres josefinas…”, si restamos  de 1935, esa cifra de 50 años, llegamos al año de 1885, año en el cual, siempre hemos creído como fundación de El Refugio, desde la publicación del noveno cuadernillo, La Parroquia, 1 Nov. 1996.

Después de 1935 se hizo cargo del hospital el Dr. Álvaro Castiello y Fernández del Valle, hombre a todas luces caritativo de quien se dice “daba el remedio y el trapito” pero que ya no tuvo como encargadas de los enfermos a las Josefinas, fue apoyado por las madres terciarias Franciscanas Regulares por poco tiempo y más tarde en su lugar, quedaron las hermanas del corazón de Jesús Sacramentado.

A mitad de la década de 1970, los Castiello vendieron el hospital al dueño del Periódico El Jalisciense  según información de su mismo hijo quien afirma lo compro su padre para que lo administrará su hija que en esos días alcanzaba grado de médico general (platica con su hijo, el 7 de agosto de 2005)

El 31 de Mayo de 1979 el hospital cerró sus puertas y cayó en el abandono y en este prevaleció tres años más. El 26 de Abril de 1983 lo compro la comuna en 32 millones de pesos, lo mandó a remozar, trabajo que realizó el Arquitecto Alejandro Zohn para convertirlo en Casa de la Cultura.

Entre la fecha del cierre del nosocomio y la fecha de compra por el ayuntamiento que presidía el Lic. Porfirio Cortés Silva, hay actos de pillaje al inmueble. De boca en boca se habla de cierto Licenciado que teniendo su despacho frente al viejo hospital, abrió la puerta de éste y llenó una camioneta de muebles, máquinas, de escribir, camas de hospital, cuados y otros enseres y enfilo rumbos ignotos, mas luego de esos incognitos lugares avisó a la policía de que estaban robando El Refugio. El mismo con su ejemplo, había invitado al vecindario a robar. A él jamás lo hallaron, pero al pueblo, hasta con las manos en la masa, haciendo su agosto a pasto y discreción; hubieron de afrontar juicios por robo y daño a la propiedad ajena. Otros que alcanzaron botín, pero no consignación tienen todavía colgados en sus casas uno que otro recuerdito que les dejo El Refugio.

Hay cuadros hermosos de un viacrucis en alguna casa aledaña al CCRE (platicas con personas que vivieron el momento)

Aquí puedes ver El Refugio ahora

Una arquitectura decimonónica (perteneciente al siglo XIX), presente en la fachada, pasillos, patios, capillas y cúpulas en toda la manzana que ocupa el edificio de El Refugio de Tlaquepaque, circundado por las Calles Donato Guerra, Prisciliano Sánchez, Florida y Contreras Medellín en el corazón de San Pedro Tlaquepaque. Todo en un área de casi diez mil metros cuadrados.

La zona de cúpulas ofrece un panorama digno de todo aquel que se refute de poeta. La inspiración surge a la vista de aquel pequeño portento que refleja la luz hacia abajo en el día y luz hacia arriba en las noches. Son como linternas de cuatro ventanas cuya alineación ofrece opciones al fotógrafo aficionado o experimentado.

Y ya que estamos arriba, es necesario mencionar el torreón arábigo. Es una atalaya mudéjar  que rompe con el estilo general del edificio, desde sus alturas se aprecian otros puntos del viejo San Pedro. Al pie, se encuentra la terraza, un espacio muy propio para un desayuno de negocio, una junta especial, una rueda de prensa o una cena romántica y soñadora.

Aquí se encuentra, ya lo dijimos, el museo Pantaleón Panduro del Premio Nacional de la Cerámica, que muestra una extensa variedad de piezas en cerámica de distintas partes de la nación, que son destellos del alma alfarera del hombre de barro. Exquisitas obras para exquisitos gustos.

Hay exposiciones temporales de artesanía nacional, como en el ENART (Exposición Nacional de Artesanías)  que reúne dos veces por año, comercializadores de artesanía de Estados Unidos, Canadá, América Latina, Europa y Asia. El evento lo organiza con mucho éxito CANACO Tlaquepaque.

Otros expositores, los de la cultura, tiene también en El Refugio un magnifico aparado En el área de exposiciones se admiran verdaderos portentos del arte sublime de la pintura, de la fotografía, de la escultura, de la artesanía, de los instrumentos de tortura, de adelantos médicos, etc.

En sus diversas áreas se llevan a cabo eventos artísticos culturales, actos académicos, docentes y reuniones de trabajo, dado que se tiene la infraestructura idónea en su cine-teatro, espacios abiertos y cerrados, pasillos y patios.

Existen en el transcurso del año aconteceres de índole tan diversa que puedan ir desde una exposición de pintura de muy buenos pinceles, hasta una muestra de instrumentos de tortura de tiempos de la inquisición. El potro, la dama de hierro, la guillotina, los saca pezones, y otros que se antojan como de una pesadilla, salida de los cuentos de terror de Edgar Allan Poe. Debes estar al pendiente de la agenda, siempre hay que ver, que escuchar o que admirar, o con que asustarse.

Escuela de Artes Plásticas

Es una institución docente que durante más dos décadas, ha tenido el reconocimiento de la sociedad por su dedicación y esmero en la preparación profesional de personas con vocación artística. Abrió sus puertas en septiembre de 1986 con los talleres de pintura y danza. Actualmente cuenta con 26 talleres y un total de 200 alumnos. Los Talleres que destacan son: pintura, modelado en barro, danza clásica, fotografía, música, cerámica, vitrales literatura, dibujo para niños, canto, guitarra, teatro, papel maché, danza folclórica, repujado.

Tiene la escuela un porte señorial por su enorme patio, sus arcadas decimonónicas de medio punto labradas en cantera, los pasillos, los enormes salones y los cuartos que en pasados tiempos fueron aposento de enfermas mentales. Estamos a sus órdenes en el número194 de la calle Contreras Medellín.

Serás Testigo también, De un Museo

El Museo del Premio Nacional de la Cerámica “Pantaleón Panduro”, tiene su sede en CCER. Puedes llegar por la calle Prisciliano Sánchez y acceder al Edificio por el número 191. Ahí Podrás encontrarte con las obras ganadoras del concurso Premio Nacional de la Cerámica que se lleva a cabo desde el año de 1977 y en el que participan hasta la fecha 19 estados de la República Mexicana. Obras únicas por su gran valor artístico.

Hay Barro tradicional y cerámica en alta temperatura, manifiestos en figuras en mi miniatura, Nacimientos, loza y de otras materias museísticas. La colección del Museo Consta de 378 piezas  premiadas y 23 galardones presidenciales. (Eso hasta el 2009, diez años después en el 2019, la cantidad de piezas premiadas han aumentado obviamente  

Aquí puedes leer, una leyenda

Cuentan que en El Refugio se aparece una monja. La han visto deambular por aposentos, pasillos, patios, baños y en la capilla del antiguo hospital. Otros la han oído hablar en esos mismos sitios con aquella su voz de ultratumba. Hay quienes la han oído que cierra puertas, rompe vidrios, arrastra cadenas, y toca el piano. Y ¿Cómo es el espanto? ¿Es ánima en pena? ¿Por qué hace eso?

Dicen que era una monja muy bonita, per perversa. Quizá sin vocación de freila. Tal vez con complejos de niña mimada. Ayudaba a bien morir a las personas del hospital El Refugio, pero no con padres nuestros y aves marías, sino desconectando las mangueras de oxígeno, asustando a las mujeres en parto, dando medicinas cambiadas a los pacientes. La vieron una vez, cuando era bella y monja de verdad, malvadamente jugar con las locas obligándolas a desnudarse y a usar como afeite sus propias heces.

Consta que el hospital atendió a personas de muy diverso nivel social. Su manto Cobijo al enfermo más miserable del mundo regional, así como el más opulento. Un escritor ni acomodado, ni pudiente,  pero en letras, opulento y próspero paciente de El Refugio, dijo que la monja era tan fina, agraciada y airosa, como maligna, villana y maliciosa. Que no hubo en varias rancherías a la redonda  mujer más bella, pero tampoco más bellaca. Dijo que era: Infame, malvada, perversa, mala, despreciable, vil, inicua, proterva, maldita, siniestra, endiablada, monstruosa, satánica y nefanda: son apenas algunos calificativos, pero otros que la conocieron en vida suman: infernal, depravada y hasta viciosa, corrompida y disoluta, monja de El Refugio, dicen.

Así fue ella. En cuanto  al susto que mete a los tranquilos visitantes, que en estos tiempos llegan al El Refugio, aseguran los que la han visto, que su aspecto causa horror aunque se le mire a lo lejos. Hay personas que viven enfermas del susto que “les pego” la monja.

Otros fenómenos extra normales, se presentan en este viejo nosocomio de los cuales se habla con mayor amplitud en el cuadernillo No 38, “Spavento en El Refugio”. Canales de televisión nacional y extranjeros han movido sus equipos hasta este lugar  y han traído médiums, sin que por eso a los fantasmas se arredren de sus ganas de “pegar” sustos.

Se tiene un registro – hasta ahora, porque cada día aumentan – de cuatro docenas de testimonios de visitantes que juran por su fe, o que la vieron o que la oyeron, o que la sintieron. Mas todo eso, no pasa de ser, una personal percepción del más allá. Los menos crédulos, hablan en todo caso de una monja, que se aparece a quienes pretenden o hacen daños al inmueble de El Refugio. Solo a ellos. De todos modos si vienes, vente preparado… no vaya siendo el diablo.

Acerca de los túneles

Se habla de túneles existentes en este lugar. Se dice que en las entrañas de la tierra surgen túneles para distintos lados: que uno enfila rumbo a la Soledad, que otro sale al Panteón y que de aquí, el mismo tuerce hacia El paradero.

En el Pozo del Refugio hay una galería filtrante que tiene aspecto de túnel. Empieza en el fondo del Pozo y sigue rumbo a la capilla del Museo, siempre lleva agua limpia y a los pocos metros, tuerce hacia el patio de la capilla, luego sigue hasta la entrada del museo y dobla de forma drástica hacia el altar de la capilla y cada vez va teniendo menos altura. Hasta ahí se ha hecho la exploración.

Don Santiago Preciado, hombre de más de 90 años y muy serio en su trato, dice que de chico, él y otros niños, por una vieja tumba del panteón se metían en un túnel que se iba de ese lugar al paradero. Ellos se iban descalzos pues el túnel aunque grande, llevaba siempre agua que descargaba en los cañaverales que existían en el Paradero, eran cañas de maíz, dice Don Santiago y se regaban con esa agua que desde el Panteón, por un túnel llegaba hasta allá . El Túnel era recto. Años después cuando se trazó un centro comercial en el área del Paradero, Roberto Ortega y otras personas descubrieron la salida quizá hacia el rumbo del Panteón. El Encargado de la obra, hombre de agrio carácter, los mandó con pitos destemplados a freír espárragos. Tal vez en vez de eso, los promotores del turismo deberían de elaborar un proyecto en el cual se contemplar entrar por la tumba del cementerio y salir de compras al centro comercial o al Parían, atravesando un kilómetro de terror y placer.

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